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De amores y desamores
No siempre se termina en amargura
Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 9 años.
No siempre se termina en amargura
Apreciada Cara, soy fiel lectora de tu columna y me animo a escribirte porque tengo una historia amorosa que me gustaría compartir. En resumen, me casé cuando tenía 24 años con un hombre con quien creía podía tener la familia que siempre soñé, pero la realidad fue que el matrimonio no fue nada productivo. Tras 10 años de casados, recogí mis pertenencias más preciadas: ropa, zapatos, carteras y mi perra y me fui de aquella casa donde pasé tantas amarguras.
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