Cuando insistes en marcar hasta el cansancio el número de tu ex
Cuando insistes en marcar hasta el cansancio el número de tu ex
Treinta y cinco y paré de contar. Que no es la edad de mi amiga. (No diré nombre.) Tampoco las libras ganadas ni perdidas. Me refiero al número de llamadas que le hizo en un día al exjevis en menos de una semana del rompimiento. No exagero, las conté en su celular cuando intenté ahogar el aparato en el lavamanos. El detalle es que entre llanto y gritos desesperados suplicó que si lo ahogaba tendría que pagar un dineral a la compañía de telefonía celular porque el seguro no le cubre esos “accidentes”.
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