OPINIÓN
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ASINA, DIR, VEÍ...

Los maestros al imponer - distinto a explorar o conocer - las normas del idioma, reproducen los valores de la clase dominante.

5 de mayo de 2015 - 1:00 AM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.

Hoy le cedo el Bocadillo al profesor Gerardo Torres Rivera, desde la ciudad de Nueva York: “Asina, dir, veí no eran fósiles que estudiábamos en la escuela. Eran las palabras de mis viejos: jíbaros de pura cepa del Jájome pre-chicquería, que tuvieron que mudarse a un barrio urbano donde se burlaban del asina, el veí y el dir... palabras que aprendieron a callar; obligados por los hijos que les decían, “mamá, papá, se dice “así, ir, vi”, y por las burlas de los muy urbanizados vecinos. Dir, veí, y asina son evocadas por la muy enciclopédica profesora en el CCNY. Corrige, avergüenza públicamente a los estudiantes puertorriqueños cuando estos sueltan un “comel” o un “perrro” (con erre velar); mucho más preocupada por unos estándares que por el estado de ánimo o ilusión de aprender que los jóvenes llevan a su salón de clases. En el ensayo “Lenguaje, Dialecto e Ideología”, Emilia Ferreiro, al igual que Pablo Freire en Pedagogía del Oprimido, sugiere que los maestros al imponer -distinto a explorar o conocer- las normas del idioma, reproducen los valores de la clase dominante. Incluso, aquellos de corte izquierdista, se convierten en instrumentos de los que se benefician de la opresión del significativo otro. Las contradicciones de la academia: asina, dir y veí son hoy voces estudiadas en otras asignaturas, junto a los textos de Cervantes”. Profabocadillos@gmail.com

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