No soy gurú del deporte, y menos del baloncesto, del que sí lo es el dilecto amigo Fufi Santori; pero la experiencia vasta de ser analista en este medio escrito, escribiendo ahora mismo el Chuchazo 3,012, me capacita para ver un poco más la línea de la lógica; y no dudo, sin saber el resultado del segundo juego de la serie final de la NBA, que Golden State puede ganar en ristra los cuatro partidos necesarios para desbancar del trono a Cleveland; más que todo por contar esta vez con Kevin Durant, quien con cuerpo de lombriz se escapa fácilmente de sus defensores y anota copiosamente como si se tratara realmente de una locomotora.