No habíamos oído nunca a un gobernador de Puerto Rico decir que está dispuesto a ir preso antes de acatar una orden federal. No se vio tal nivel de histrionismo ni siquiera cuando más de 1,000 puertorriqueños fueron ingresados a la cárcel federal a principios de los años 2000 por interrumpir las prácticas de la Marina de Guerra de Estados Unidos en Vieques, ejercicios a los que también se oponían los dos que gobernaron durante esa campaña, Pedro “Don’t push it” Rosselló y Sila “la Marina se va en 90 días” Calderón.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
El camino a la cárcel
No habíamos oído nunca a un gobernador de Puerto Rico decir que está dispuesto a ir preso antes de acatar una orden federal. No se vio tal nivel de histrionismo ni siquiera cuando más de 1,000 puertorriqueños fueron ingresados a la cárcel federal a principios de los años 2000 por interrumpir las prácticas de la Marina de Guerra de Estados Unidos en Vieques, ejercicios a los que también se oponían los dos que gobernaron durante esa campaña, Pedro “Don’t push it” Rosselló y Sila “la Marina se va en 90 días” Calderón.