Aida Vergne habla del escritor Antonio de Valbuena.
Aida Vergne habla del escritor Antonio de Valbuena.
Hoy le cedo el Bocadillo al escritor y periodista leonés Antonio de Valbuena (1896), en su crítica a la definición de calabaza: “¿Y la CALABAZA? ¿Quién habría de decir que los académicos no sabían definir la calabaza?...Pues no saben [...] porque dicen: «Fruto de la calabacera que varía infinito en su forma, tamaño y color». ¡Buenas señas! Vale Dios que luego añaden: «Cómese cocida», y aunque por este detalle tampoco se la pueda distinguir de la berza ni de la pata de cerdo, dicen al fin que «se usa también en medicina», lo cuál, no tratándose de la pepita, apenas es verdad; pero de todos modos como quiera que en medicina no se usan nada más que dos ó tres cosas en el mundo... ¡cualquiera puede distinguir la calabaza por la definición académica! Sobre todo por aquello de que varía infinito... Lo único que acertaron á poner menos mal fué la definición en sentido figurado que dice: «Persona inepta y muy ignorante», lo cuál ya casi equivale á decir persona académica, que es como hay que decir hablando en plata”. Definitivamente Valbuena fue el Whiplash de los académicos. Sepa que en el banco de datos históricos de la Real no aparecen sus obras. Díaz especula que “La Real parece haberlas omitido”. Una pena. Valbuena fue un “escritor correcto, conocido y apreciado que, además, fue de los más leídos de su época”.
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