¡Esos sí que radican! Y lo vienen haciendo desde... ¿el Derecho romano? Entonces ¿cuál es el problema? Ninguno. Nos guste o no, la abrumadora mayoría de las palabras atraviesa por distintos grados de cambio semántico (significado) y radicar es una de ellas. (Ha ampliado su repertorio de sentidos para incluir el de presentar documentos.) Muchos han dado la lucha para erradicarla, pero ella sigue ahí, impertérrita. De hecho, me cuentan que la ex juez Miriam Naveira, en su clase de procedimiento civil, aclaraba a sus estudiantes que era presentar y no radicar; que “los edificios radicaban (en algún sitio), y los abogados presentan (documentos)”. Y tenía razón, pero ha llovido (diluviado)... y los abogados siguen radicando. ¿La Academia? Insiste en que “la escritura radica en la notaría de Sánchez” y no que Sánchez radica demandas, mociones, acusaciones, denuncias, y todo suerte de documentos. Hasta los individuos radican, por ejemplo, querellas. En fin, que este sentido de radicar, no es nada nuevo, y está bien radicadito en la mente de los abogados. ¿No saben estos que lo que se “recomienda es presentar” en vez de radicar? Pues, como dice mi buen amigo, “a veces se acaban los sinónimos”. En fin que la única guía confiable para el significado de una palabra, no necesariamente es el diccionario, ni siquiera la etimología del vocablo. Es el uso actual. Paciencia abogados; algún día radicar radicará en el diccionario.
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¡EXTRA, EXTRA! ABOGADOS RADICAN
La lingüista Aida Vergne habla del uso de verbo radicar.