OPINIÓN
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Fidel

El escritor Edgardo Rodríguez Juliá narra su experiencia con un Fidel Castro vencido por el tiempo, viejo y "chacharero".

10 de diciembre de 2016 - 1:01 AM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.

En enero de 1959 —cuando yo había cumplido doce años, a pocos meses de descubrir el deseo y con la tumultuosa Serie del Caribe de 1958 aún sonándome en los oídos— Fidel Castro llegó al poder, se disfrazó de pelotero y formó parte de un “team” que llamó “Los barbudos”. Era joven —treinta y dos años, próximo a cumplir la edad del salvador—, carismático, con un don espontáneo por el gesto populista y en sintonía con la gran época del béisbol profesional cubano.

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