En 1957 arribó a Puerto Rico una delegación de jóvenes universitarios de Cuba, en misión de recaudar fondos para la revolución armada contra el régimen de Fulgencio Batista. El programa de radio de mi padre les sirvió de propaganda, y me los llevé a las actividades de la Juventud Estadista por la Isla donde les recibieron con gran solidaridad y entusiasmo. Cuando aquellos jóvenes regresaron a su convulsado país, muchos acá nos quedamos pendientes de los eventos en Cuba. Fue así como un día me topé en las páginas de la Revista “Bohemia” con la foto del cadáver de uno de ellos, baleado en un encuentro con la policía de La Habana. Luego, el líder universitario – José Antonio “Manzanita” Echevarría – corría igual suerte tras intervenir con un discurso revolucionario el programa “Radio Reloj” de la capital cubana.
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Fin de una era