La base de esta segregación en el trabajo, y de otros fenómenos laborales relacionados con el género, están en los estereotipos de género. Los estereotipos guía
La base de esta segregación en el trabajo, y de otros fenómenos laborales relacionados con el género, están en los estereotipos de género. Los estereotipos guía
Tradicionalmente, cuando se ha abordado el “mundo del trabajo” se ha realizado desde la perspectiva del hombre, a pesar de que las mujeres han trabajado históricamente tanto dentro como fuera del hogar. Esta perspectiva de género en los contextos laborales incide en la salud psicosocial de los trabajadores. Aunque se ha transmitido la idea de que la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral fue en la década de 1970, lo cierto es que en la época contemporánea, a finales del siglo XVIII, las mujeres obreras ya trabajaron en manufacturas. Desde entonces, basándose en la dicotomía hombre-mente, mujer-emoción, se les dirigía mayoritariamente hacia los trabajos más mecanizados, simples y que requerían menor cualificación, lo que justificaba la inferioridad de su salario (origen de la actual brecha salarial). Además, se empezó a difundir la idea del trabajo femenino como algo esporádico y complementario al masculino, idea que en muchos casos sigue manteniéndose en la actualidad y que sigue sustentando de alguna manera la segregación tanto horizontal (trabajos de chicos y trabajos de chicas) como vertical (mayor facilidad para los hombres para ascender en el mundo laboral) que todavía hoy se sufre en el mundo laboral occidental.
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