OPINIÓN
Punto de vista
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
LA A DE ¿MACHISTAS?

Aida Vergne escribe sobre el machismo del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, usando de ejemplo la vocal A.

16 de enero de 2016 - 1:00 AM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.

“Que dejen toditos los libros abiertos / ha sido la orden que dio el general. / Que todos los niños estén muy atentos / Las cinco vocales van a desfilar / Primero verás, que pasa la A con sus dos patitas muy abiertas al marchar…”. ¿Se acuerda? ¡Claro! Pero bueno, al Bocadillo, y después, cuando yo cante cantan todos, ¿okey? La A es el primer grafema (letra) del abecedario, y la primera de nuestras 5 lindas vocales. No necesitamos ni dientes ni labios ni nada; basta con abrir grande la boca y dejar salir el aire mientras vibran las cuerdas para producirla. ¿Todo bello y precioso hasta aquí? Qué le puedo decir… El primer diccionario de la Irreal (1726), que casualmente sostengo en mi regazo, nos dice toda suerte de sandeces sobre la reina de las vocales, la A. Agárrese bien de su periódico: “En el orden es la priméra porque es la que la naturaleza enseña al hombre desde el punto del nacer para denotar el llanto, que es la primera señál que dá de haver nacído y aunque también la pronuncia la hembra, no es con la claridád que el varón, y su sonido (como lo acredita la experiencia) tira más à la E, que à la A, en que paréce dán à entender, que entran al mundo como lamentándose de sus primeros Padres Adán y Heva. Permanése tan própria en el sugéto, que aunque nazca mudo siempre la pronuncia […]”. La A -con sus dos patitas muy abiertas al marchar- es la primera entrada del primer diccionario que pone en evidencia el machismo recalcitrante de la Irreal. ¿Que qué sigue? “Le sigue la E, alzando los pies…”.

Guías de Opinión
Las columnas deben enviarse a Gerardo Cordero: gerardo.cordero@gfrmedia.com. Las columnas tienen que ser de 300, 400 o 500 palabras. Al enviarnos su columna, el escritor concede a GFR Media una licencia exclusiva, perpetua, irrevocable, sublicenciable, mundial y libre de regalías para reproducir, copiar, distribuir, publicar, exhibir, preparar obras derivadas, traducir, sindicar, incluir en compilaciones u obras colectivas, y de cualquier otro modo de forma general utilizar su columna (en todo o en parte), sin reserva ni limitación alguna, en cualquier medio (incluyendo pero sin limitarse, a las versiones impresas o digitales o en los sitios web o aplicaciones móvil del periódico El Nuevo Día), forma, tecnología o método conocido en el presente o que sea conocido, desarrollado o descubierto en el futuro. El autor acepta que GFR Media, LLC, podría cobrar a los suscriptores las versiones digitales, sitios web o aplicaciones móviles de GFR Media por el acceso a la columna. has context menu


Ups...

Nuestro sitio no es visible desde este navegador.

Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: