Recuerdo cuando la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) era el orgullo de los puertorriqueños. Recuerdo cuando la gran mayoría de mis amigos y familiares hacían todo lo posible por conseguir un puesto de trabajo allí. Recuerdo cuando se celebraba sin parar cuando un ser querido pasaba la prueba y recibía la “permanencia” en la corporación pública que lo tenía todo: dinero, beneficios, seguridad de empleo y futuro. Recuerdo cuando la energía eléctrica era barata. Recuerdo cuando la AEE era lo mejor de Puerto Rico.
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La AEE se esfuma
Recuerdo cuando la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) era el orgullo de los puertorriqueños. Recuerdo cuando la gran mayoría de mis amigos y familiares hacían todo lo posible por conseguir un puesto de trabajo allí. Recuerdo cuando se celebraba sin parar cuando un ser querido pasaba la prueba y recibía la “permanencia” en la corporación pública que lo tenía todo: dinero, beneficios, seguridad de empleo y futuro. Recuerdo cuando la energía eléctrica era barata. Recuerdo cuando la AEE era lo mejor de Puerto Rico.