Érase una vez un señor harto de su gata. Decidió, pues, salir de ella de una vez y por todas, por lo cual agarró pal’ monte, la tiró barranco abajo y regresó a su hogar. Después de unos días, la gatica, “milagrosamente”, regresó. El señor, iracundo, la agarró y la tiró al otro lao del monte..., pero la gata, al cabo de unos días, volvió a la casa. Corajudo y furibundo, el Doño le preguntó a su vecino, qué ca@#*&jo hacer con la dichosa gata. Este le dio par de consejos para confundir al lindo minino. Así pues, el Doño agarró la gata, cruzó el monte, cruzó el río, dobló a la derecha, luego a la izquierda, de nuevo a la izquierda, y luego a la derecha, siguió derecho, volvió y dobló: derecha, izquierda, izquierda y derecha... Caminó sin cesar hasta llegar a un puente; lo cruzó y, en un denso pastizal, dejó abandonada a la gatita...
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LA GATA: CUENTO CORTO
Aida Vergne presenta un cuento corto.