El gran plan nacional para contrarrestar los embates de la sequía es esperar a que llueva. Y, ¿qué si no lloviera?
El gran plan nacional para contrarrestar los embates de la sequía es esperar a que llueva. Y, ¿qué si no lloviera?
Al principio algunos días de racionamiento intermitente sonaba razonable, por eso de la sequía y los candentes soles de verano. Incluso lo que vino luego, el plan de restringir el agua a tres días por semana, por eso de que no podemos hacer nada con la naturaleza. Si no llueve, pues, ¿qué se le va a hacer? Resignarnos e ingeniárnoslas para fluir como mejor podamos… hasta que vuelva a llover. Entre lo que el agua va y viene, tomar conciencia, armarse de paciencia y ahorrar es responsabilidad de cada cual. Esa es la recomendación del Gobierno, y por eso de la crisis fiscal nos parece razonable y cónsona con su política de austeridad general.
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