El año pasado, el papa Francisco le confesó al diario italiano Il Corriere della Sera no estar demasiado contento con su imagen de megaestrella planetaria. Para rematar, añadió que prefería proyectarse como “una persona normal”. A juzgar por el éxito retumbante de su reciente gira americana, la “normalidad” se ha puesto de moda. Pese a sus modestas reservas, el jefe de la Iglesia Católica se ha convertido en un nuevo ícono global.
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Papamanía
El año pasado, el papa Francisco le confesó al diario italiano Il Corriere della Sera no estar demasiado contento con su imagen de megaestrella planetaria. Para rematar, añadió que prefería proyectarse como “una persona normal”. A juzgar por el éxito retumbante de su reciente gira americana, la “normalidad” se ha puesto de moda. Pese a sus modestas reservas, el jefe de la Iglesia Católica se ha convertido en un nuevo ícono global.