Muchos piensan que las lenguas criollas, o creoles, son deformaciones lingüísticas, lenguas rotas (broken languages, como le mientan en inglés). Nada más lejos de la verdad. Mire, hay muchas definiciones de lenguas criollas, y como no caben todas en este Bocadillo Criollo, usemos esta: una lengua criolla es una lengua que surge de una situación de contacto lingüístico. Partiendo de esta feliz definición, todas las lenguas del mundo son criollas. Por ejemplo, el 60% de las palabras del inglés, vienen del latín por conducto del francés. ¿Entonces? ¿No es el inglés una lengua germánica-criolla? ¿Y el español? Todos sabemos que es una lengua romance con influencias celtas, árabes y hasta del vasco, que no es ni siquiera una lengua indoeuropea. (Más criolla no puede ser.) Pero a lo que vinimos. Hay un grupo de lenguas que surgieron durante el periodo colonial donde el Caribe se convirtió en el mercado más grande de esclavos del oeste de África. Esos idiomas africanos (fueron un montón) entraron en contacto con las lenguas de los conquistadores: español, inglés, francés, portugués, holandés... De esa situación de contacto lingüístico prolongado y triste surgieron los Criollos Atlánticos, o Criollos Afrocaribeños. Algunos lingüistas sugieren que estas lenguas son excepcionales pero, si lo pensamos un poco, es claro que la situación de lenguas en contacto es la norma y NO LA EXCEPCIÓN. Hay lenguas criollas de base léxica inglesa, española, francesa, portuguesa, y todas son tan legítimas, bellas, complejas y útiles como el español, o cualquier otra lengua.
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Todas las lenguas son criollas
Aida Vergne habla de las lenguas criollas.