Por meses la discusión pública local ha girado en torno a la quiebra de Puerto Rico, las decisiones del gobierno y los efectos de todo esto en los puertorriqueños. Ciertamente esa es una conversación importante que hay que continuar teniendo. Sin embargo, quisiera que reflexionemos un poco sobre los efectos que hace años sentimos a causa de una quiebra que aunque no había sido declarada ya se movía por nuestra vena colectiva.
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Un gobierno roto sin prioridad de buen servicio
El legislador Jesús Manuel Ortiz expone dura crítica al gobierno y urge ubicar las necesidades colectivas sobre las individuales