Recientemente, compartía con una pareja que forma parte del grupo de cerca de 124 agricultores y agricultoras que han sido certificados por la Administración de Desarrollo Socioeconómico de la Familia (ADSEF) para que puedan realizar transacciones con la Tarjeta de la Familia y participar así del Mercado Familiar. Con orgullo, exhibían los productos cosechados en su finca, en un despliegue de texturas y colores, que incluía plátanos verdes, yautía, calabaza, pimiento, guineos maduros, sandía, piña, china, entre otros deliciosos productos cultivados en nuestro suelo borincano.
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Un mercado de esperanza