En las visitas que realizo en varias escuelas públicas y privadas, una de las quejas comunes de los maestros es que los estudiantes presentan pobre motivación y niveles altos de frustración. Esas características se pueden confundir con vagancia porque el estudiante no realiza su trabajo académico ni cumple con las asignaciones, o que en el hogar se pasa los fines de semana viendo televisión, con la computadora, durmiendo y lo menos que se recuerda son de las tareas escolares.