Esta isla es sinónimo de fiesta, sabor y gran belleza natural
Esta isla es sinónimo de fiesta, sabor y gran belleza natural
Comparada con sus vecinos caribeños, Trinidad recibe pocos turistas excepto durante su vibrante carnaval de febrero. Ello significa que este diminuto crisol de país (que comparte nacionalidad con la vecina Tobago y que tiene un rico patrimonio indio-criollo-africano-chino-británico) se siente acogedor y auténtico. No existen rascacielos; en cambio, hay cautivadoras casas estilo "pan de jengibre" con celosías de fantasía. La cocina local, que refleja su mezcolanza de culturas, es fascinante y deliciosa, pero no lujosa. Las mejores comidas se comen en la calle y en barras como de cafeterías, no en restaurantes finos, que tienden a estar europeizados. Pasa el viernes en la capital, Puerto España, y luego usa el sábado para salir a excursiones al norte hacia la playa, y al sur para explorar las tranquilas vías fluviales y aves silvestres del Pantano Caroni.
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