Desde hace años, las autoridades estatales y federales le siguen el rastro a peligrosas y sangrientas organizaciones criminales que siembran el terror en Puerto Rico, desembocando en grandes operativos y en extensos pliegos acusatorios con el objetivo de desarticular las narcogangas.
En esa labor, los entes policiales no solo han asestado duros golpes a las empresas criminales, sino que han expuesto ante el país su “modus operandi”, incluyendo roles, nombres de líderes, ganancias, territorios dominados y hasta las sustancias controladas que distribuyen.
Pero ¿se ha preguntado cuál es la estructura dentro de una organización criminal? ¿Cómo es la jerarquía en los puntos de drogas? ¿Cuáles son los roles que ejercen? ¿Cómo ha evolucionado la operación de los puntos de drogas? ¿Cuántas personas se reclutan?
“Este tipo de gangas, este tipo de organización, funcionan como una empresa. Sus participantes tienen diferentes roles, tienen diferentes trabajos dentro de la empresa y, ciertamente, tienen sus reglas”, dijo el jefe de la Unidad de Gangas de la Fiscalía federal, Alberto López Rocafort.
Al igual que una empresa legal, López Rocafort explicó a El Nuevo Día que las narcogangas tienen “empleados con diferentes labores”, pero que “el problema con la organización criminal es que, el que rompa las reglas, pues puede pagar con su muerte”.
“Tienen desde el jefe hasta los gerentes, los que les dan seguridad, los vendedores, los que mueven la droga, los ‘runners’, los facilitadores que, de alguna manera, consiguen armas de fuego o guardan la droga o guardan las armas”, aseveró.
La jerarquía en las operaciones
A tono con lo anterior, Wilson Lebrón Otaño, director del Negociado de Drogas, Narcóticos, Control del Vicio y Armas Ilegales del Negociado de la Policía, explicó que, a nivel de los puntos de drogas, la estructura incluye el llamado “bichote”, administradores, suplidores o “runners”, tiradores y hasta gatilleros.
En una pirámide se ubica, en primer lugar, a los “bichotes”, que son los dueños de los puntos de drogas, seguidos de los “administradores o gerentes”, que se encargan de hacer los cuadres; y los “suplidores o runners”, responsables de tener el “material” para suplir a los tiradores.
“Los suplidores o runners” son los que le suplen a los tiradores, son las personas que se encargan de la logística de suplir a los puntos de droga cuando bajan la mercancía”, detalló Lebrón.
El organigrama criminal continua con los “tiradores” de drogas, conocidos en otros países como “narcomenudistas”, que se encargan de vender la droga en las zonas controladas por la organización, así como los “gatilleros” o “las personas que, por encargo, protegen el punto”, mencionó Lebrón.
“En los puntos ha cambiado la forma de operar. Ahora podemos hablar de los consorcios. Antes interveníamos con un punto de drogas y encontrabas un mega punto, que era luchado e intervenido por otros componentes que querían invadir y ocupar. Hemos visto que eso ha variado”, agregó.
Al abundar sobre el cambio en los puntos de drogas, Lebrón explicó que “hoy día lo que tenemos es muchos puntos. Entonces, esos puntos responden, de diferentes maneras, al dueño del área y lo que hacen es que pagan ‘renta’ para que le permitan vender su material en ese sitio”.
“Por eso, si se interviene en un sitio (en el) que antes típicamente había un punto, pues ahora puedes ver más puntos, pero responden a lo mismo (al mismo ‘bichote’). Eso es un modelo que ha entrado nuevo al mercado, que lo hemos visto por las investigaciones, las intervenciones y la evidencia ocupada”, añadió.
Alto perfil: las otras figuras claves
Lebrón precisó que, por encima de los llamados “bichotes” hay otras figuras, que son las que las autoridades han tenido como tarjeta en los operativos recientes. “Estamos hablando de unos perfiles más altos como, por ejemplo, suplidores, personas que están invirtiendo”, dijo.
“En el último operativo que hicimos, impactamos esas tarjetas, que no son los que venden al detal, en bolsas, sino el que vende al bichote para que venda al detal. Esos son los que están en contacto directo para la compra (de la droga), ya sea en Colombia o en otros lugares”, explicó.
Con esto, Lebrón se refirió al operativo “Alto Perfil”, cuyos arrestados no son usuarios, sino traficantes de drogas y vendedores de armas dedicados a suplir, a niveles de mayorista, sustancias controladas a diferentes puntos y armas de fuego a gatilleros que luego utilizan para cometer crímenes violentos.
En esa otra operación, detalló, están las personas que invierten y compran la droga en grandes cantidades, los que se encargan de la logística, los que la transportan a la isla y hasta los que recogen los cargamentos.
“Ya eso es otra operación. Puerto Rico es un puente. Esa operación, en su mayoría, el fuerte no es solo (los cargamentos) que se quedan aquí en Puerto Rico, que es una mínima cantidad, sino llevarla a Estados Unidos, que es donde realmente está la demanda fuerte”, comentó.
Esquema reciente: La Fundación
Precisamente, las autoridades federales develaron, en diciembre de 2023, los roles dentro de una organización criminal de familia que se dedicaba al narcotráfico y al lavado de dinero mediante diversas entidades comerciales. Esta ganga, además, contactaba a personas con boletos ganadores de la Lotería tradicional, los adquiría y luego los redimía como un mecanismo adicional para “limpiar” sus ganancias ilegales.
El pliego acusatorio enmendado, de 60 cargos, contra los 18 presuntos miembros expuso algunos puestos dentro de la ganga liderada, presuntamente, por José Julio Rodríguez Cumba, alias “Chambi”, quien, supuestamente continuó las operaciones desde la cárcel federal.
En la cúpula, se ubican los “líderes principales”, los “responsables de la toma de decisiones organizacionales y operacionales del día a día en Puerto Rico”, seguidos por los “líderes de célula”, que se encargaban de las decisiones de las “células” criminales en los Estados Unidos.
En la posición “C” se ubican a los “blanqueadores de dinero”, responsables de realizar transacciones financieras para “legitimar y camuflar millones de dólares en narcóticos” procedentes de Sudamérica hacia Puerto Rico y, luego, hacia Estados Unidos, según el documento.
A estos le siguen, en la última posición, los “gatilleros”, que son los “encargados de proteger y asegurar los bienes y a los miembros de la organización frente a sus rivales, así como de cometer actos violentos en nombre de la organización”, detalla el pliego acusatorio federal.
En una conferencia de prensa celebrada el 1 de diciembre de 2023, cuando se ejecutó el operativo “La Fundación” contra la organización, el jefe de la Fiscalía federal, William Stephen Muldrow, destacó que “los acusados actuaron en diferentes roles para promover los objetivos de la conspiración”.
Contra los acusados pesan cargos por importación de cocaína y marihuana, posesión de arma de fuego durante la comisión de un delito de narcotráfico y lavado de dinero entre Puerto Rico y Estados Unidos.