Está aislado de los otros presos en su celda de 161 pies cuadrados; puede recibir a sus abogados cuando quiere y no tiene horarios fijos
Está aislado de los otros presos en su celda de 161 pies cuadrados; puede recibir a sus abogados cuando quiere y no tiene horarios fijos
A punto de cumplir un mes preso por corrupción en Curitiba, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva se acostumbra poco a poco a su nueva realidad mientras se hace a la idea de que ya no competirá en las elecciones de octubre para volver a gobernar Brasil. En cambio, en el Partido de los Trabajadores (PT) aún no creen que esto suceda e insisten con su candidatura, en una estrategia que puede perjudicar mucho a la mayor fuerza de izquierda de América Latina.
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