Ha convertido a Puerto Rico otra vez en la Isla del Encanto que había dejado de ser; y en estos días angustiosos por tanta tirantez política y social ha provocado que el mapa borincano se asemeje a su raqueta pequeña de tenis de mesa, que la sigue engrandeciendo por su éxito internacional constante en un deporte inventado quizás por Buda para asiáticos, sean de China, Japón o Corea.