Recuerdo claramente cuando Miguel Cotto, as del boxeo, afirmó que no pelearía más allá de los 30 años de edad, lo que no pasó de ser un comentario sin valor alguno porque sigue activo con valía a los 36; lo que ocurre también con Carlos Arroyo, que con uno más mantiene casi intacta su calidad tempranera y su pasión por la victoria no ha decaído un ápice.