El doctor Fernando Cabanillas explica el efecto Dunning-Kruger, un fenómeno psicológico de superioridad ilusoria
El doctor Fernando Cabanillas explica el efecto Dunning-Kruger, un fenómeno psicológico de superioridad ilusoria
En 1995, un hombre llamado McArthur Wheeler robó dos bancos en Pittsburgh sin cubrir su rostro. Las imágenes de la cámara de seguridad se transmitieron en las noticias de la tarde el mismo día, y fue arrestado una hora después. “Pero me puse el jugo”, reclamó él, con asombro. Wheeler sabía que si uno usa jugo de limón como tinta, lo que escribes no se ve, pero si luego calientas el papel, la tinta se torna visible. Eso ocurre debido a que el jugo de limón se oxida al calentarse tomando un color marrón. El dedujo que si se frotaba la cara con jugo de limón se convertiría en invisible. Para asegurarse que le funcionaba, se tomó un selfie con una cámara Polaroid. Para su sorpresa, la foto salió empañada y su rostro no era reconocible. Su ineptitud era tal que no supo ni cómo tomarse el selfie pero la conclusión “lógica” de Wheeler fue que, si se frotaba la cara con jugo de limón, se invisibilizaría su imagen y haría imposible que las cámaras del banco lo identificaran.
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