Llevo muchos años pensando cómo sobrevive la tripulación de un barco durante prolongados períodos de tiempo en los que, entre muchísimos sacrificios, se separaran de sus familias. Contrasto mis percepciones con las opiniones de lxs amantes de los cruceros y con las versiones que he obtenido conversando con empleadxs de los populares barcos. Los cuentos del bufé 24/7 y del servilismo de lxs empleadxs, disfrazado en discurso de “en el barco, están mejor que en sus países”, siempre, me han parecido problemáticos. ¿El salario les recompensará tales esfuerzos? ¿Trabajar jornadas de más de doce horas, siete días a la semana, valdrá la pena? ¿Qué beneficios les provee trabajar en un crucero? ¿Cómo se vive el Caribe en altamar? Esa, además, es otra interrogante que me planteo.
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Caribeñidades a bordo