Ha llegado el momento anhelado, cada cuatro años, que el mapamundi se transforme en un balón de fútbol y que la mayoría de sus casi 7,600 millones de habitantes, albergados en 194 países, se quieran y se odien durante un mes porque su deporte más popular y equitativo socialmente dicta el ritmo de sus relojes y corazones, tocándole a Rusia ser anfitrión en 11 ciudades y de 32 selecciones.