No me cabe la menor duda que los estragos materiales y mentales causados por María, aún vigentes en algunos municipios, fue el detonante para que Puerto Rico se venciera a sí mismo en los Juegos de Barranquilla. Y no solamente fue porque superó su ganancia de medallas de Veracruz 2014, inclusive en oro y plata, sino que se unió colectivamente y dejó tantas huellas de valor y orgullo que arrancó muchas lágrimas de alegría entre sus competidores, entrenadores y televidentes, lo que se traduce obviamente en patriotismo puro.