Mientras el presidente del BSN y exapoderado, Fernando Quiñones, se ha convertido, obligadamente, en sastre para zurcir los uniformes de tres equipos que buscan apoderados frescos: Isabela, Mayagüez y Santurce, la Liga de Baloncesto Puertorriqueña, en su versión moderna, ha comenzado a auparse con sus 30 franquicias y un modelo de competición que pretende crear ídolos jóvenes en sus pueblos.