Los funcionarios gubernamentales tienen que entender que la dignidad de sus puestos exige que la atención a las urgencias del pueblo es una obligación, no una dádiva, afirma el alcalde de Guayanilla, Nelson Torres Yordán
Los funcionarios gubernamentales tienen que entender que la dignidad de sus puestos exige que la atención a las urgencias del pueblo es una obligación, no una dádiva, afirma el alcalde de Guayanilla, Nelson Torres Yordán
Es fácil vivir la complacencia política desde el gobierno cuando los problemas son apenas simples elementos cotidianos que no alteran la existencia del pueblo. Pero cuando surgen problemas graves, como los que hemos experimentado desde que el aterrador huracán María descalabró a Puerto Rico, podemos observar el desfase del gobierno central, donde sencillamente aflora la ausencia de dignidad, en la atención de las necesidades de los puertorriqueños.
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