Solo pensar en la posibilidad de entrar en un negocio que catapulte al inversionista de la noche a la mañana a la riqueza instantánea, pone a muchos a salivar. El boricua se une a este coro con la sagacidad, astucia y olfato únicos que nos proveen los vientos alisios.
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Las recompensas
El exsecretario de Hacienda aborda el tema del inversionismo político en una isla en quiebra y el reto de gobernar para que todo el país se beneficie, no solo unos pocos