Cuando salió de Aguadilla en una jaquita baya (que quería que le condujera otro, como recordaremos siempre), nadie habría podido imaginar que, cuando estuviera todo dicho y hecho, el Rafael Ramos Sáenz ese, conocido hasta hace menos de un mes solo en las lúgubres cavernas subterráneas del partido en el que milita con tanto fervor, iba a terminar dándole una lección tan importante al pueblo de Puerto Rico.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Los pasos de Rafael
Cuando salió de Aguadilla en una jaquita baya (que quería que le condujera otro, como recordaremos siempre), nadie habría podido imaginar que, cuando estuviera todo dicho y hecho, el Rafael Ramos Sáenz ese, conocido hasta hace menos de un mes solo en las lúgubres cavernas subterráneas del partido en el que milita con tanto fervor, iba a terminar dándole una lección tan importante al pueblo de Puerto Rico.