Que Puerto Rico ha sido una colonia de Estados Unidos desde 1898, y que dicha relación colonial es y siempre ha sido inaceptable desde una perspectiva moral y política, no quiere decir que el Congreso de Estados Unidos tenga un poder legislativo absoluto sobre la Isla. Ser una colonia es estar sujeto a las leyes de otro país, pero eso no necesariamente implica estar sujeto a un poder legislativo ilimitado. Si el Congreso, por ejemplo, adoptara una ley que prohibiera la publicación de periódicos en la Isla, dicha ley sería inconstitucional por ser contraria a la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. Es decir, la idea de que “el Congreso tiene poderes plenarios sobre Puerto Rico” tiene que entenderse a la luz de que, en su calidad de asamblea legislativa, el Congreso está sujeto a diversos límites constitucionales. La pregunta es si la ley conocida como PROMESA violenta esos límites, es decir, si al adoptarla, el Congreso ejerció un poder que legalmente no tenía.
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Por qué PROMESA es inconstitucional
El profesor Joel Colón Ríos cita disposiciones de la propia Constitución de los Estados Unidos para analizar el polémico estatuto