Cuando solo existían ocho divisiones, Henry Armstrong realizó una gesta irrepetible: en octubre de 1937 capturó el fajín pluma frente a Petey Sarron, en seis asaltos; siete meses después saltó directamente a la división welter, con 22 libras más, y destronó a Barney Ross por puntos. Y para rayar la gloria, a fines de 1938 renunció al cetro de las 126 libras y el 22 de agosto de 1939 derrotó a otro inmortal, Lou Ambers, para agenciarse la corona ligera, convirtiéndose en el primer triple soberano de la historia.