Aunque la experiencia histórica ha demostrado la falsedad e hipocresía de sus apologías, la primitiva y estúpida manía de enjaular seres humanos sigue creyéndose justa y necesaria para “proteger” a la sociedad contra el crimen. Enmarañado en una rancia condición de psicosis social e ignorancia generalizada, el encierro carcelario sigue creyéndose un “justo merecido”; la pena impuesta por fuerza de Ley suprime la justicia prometida; y en lo creído “justo” del castigo se revela un acto embrutecedor, brutal y bruto, de venganza.
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Venganza
Aunque la experiencia histórica ha demostrado la falsedad e hipocresía de sus apologías, la primitiva y estúpida manía de enjaular seres humanos sigue creyéndose justa y necesaria para “proteger” a la...