Nadie imaginaba, al inaugurar la celebración del Día Mundial de la Tierra, en 1970, que al cabo de cincuenta años la efeméride nos iba a sorprender en medio de una de las mayores crisis que ha vivido la humanidad, asediada por un virus que nos ha obligado a recluirnos y a repensar con más rigor el futuro cercano.
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Proteger la Madre Tierra es un compromiso ineludible
Nota de archivo
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