La elección del exmilitar de posturas extremas Jair Bolsonaro como presidente de Brasil confirma dos lastimosas realidades: el hastío que se ha ganado por su propio demérito la clase política y que ese desencanto, sumado a la falta de fuerzas conciliadoras, ha dejado el campo abierto a un terrible desgarre social.
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Brasil entra al escenario de la extrema polarización
Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 años.