Revivir los malogrados proyectos de construcción de gasoductos sin que Puerto Rico cuente con una política pública energética definida, es un acto ilógico que, además, contradice la aspiración de mover el sistema eléctrico hacia fuentes de energía renovables y limpias.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
El futuro energético está en la inversión privada
Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 7 años.