Las deficiencias en el manejo de los suministros, arrastradas desde la devastación causada por el huracán María, denunciadas por el pueblo en medio de la emergencia sísmica y reconocidas por la propia gobernadora, obligan al gobierno a actuar de inmediato para atender las necesidades apremiantes de miles de familias, y no sumar a la desconfianza del gobierno federal.
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La institución pública tiene que edificar su credibilidad
Nota de archivo
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