Nos enfrentamos ahora a una realidad doblemente dolorosa, vamos a tener que comenzar a pagar la deuda billonaria de una AEE que no funciona, a la misma vez que tenemos una compañía energética inservible, escribe Gustavo Vélez
Nos enfrentamos ahora a una realidad doblemente dolorosa, vamos a tener que comenzar a pagar la deuda billonaria de una AEE que no funciona, a la misma vez que tenemos una compañía energética inservible, escribe Gustavo Vélez
Por mucho tiempo crecí escuchando este refrán y me causaba gran curiosidad intelectual. Cuando ya entraba en mi vida adulta y con mayor madurez, comencé a entender que el refrán tiene que ver con el sentido de indiferencia de alguien endeudado sobre quién va a pagar por la última factura. En estos días, esta frase vuelve a mi mente de manera perturbadora, mientras se hace cada día más evidente que está comenzando a llegar la factura de la quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y Lucifer no aparece para pagarla.
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