Después de años aislando a los funcionarios electos de Puerto Rico de trascendentales decisiones fiscales, la más importante de esas decisones terminó en las manos de un punado de legisladores, escribe Benjamín Torres Gotay
Después de años aislando a los funcionarios electos de Puerto Rico de trascendentales decisiones fiscales, la más importante de esas decisones terminó en las manos de un punado de legisladores, escribe Benjamín Torres Gotay
La ley Promesa fue diseñada en el Congreso de Estados Unidos con dos propósitos no muy nobles que digamos. El primero, era garantizarle la mayor cantidad de retorno de inversión a los bonistas que prestaron a un gobierno que hace muchos años venía violando cuanto margen prestatario hay y en loca carrera hacia la insolvencia, como debía haber sabido cualquiera más o menos alerta.
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