El destino de los antillanos está ya consumado en el exilio y la emigración, lo mismo para cubanos y dominicanos que para puertorriqueños. Esta es la suprema revelación de esta obra, escribe Edgardo Rodríguez Juliá
El destino de los antillanos está ya consumado en el exilio y la emigración, lo mismo para cubanos y dominicanos que para puertorriqueños. Esta es la suprema revelación de esta obra, escribe Edgardo Rodríguez Juliá
Me pareció una película estupenda. Comencé a leer las críticas de los bien pensantes -liberales, izquierdosos, feministas de todo rumbo y más manejo, la comunidad L.B.T.G.Q.I.plus- y reconocí que había visto otra película; al menos, había “leído” otra película. Es algo que me ocurre continuamente dada mi edad: algunas cosas o me parecen extrañas o me resultan inconcebibles, como esas parejas “hipsters”, “influencers”, “cyber friends” que se desayunan por aquí cerca en restaurantes al aire libre, acompañadas por sus shitsus y salchichas de pelo largo que padecen de flatulencia. La vida nos va quitando del medio.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: