Muchas veces cuando pensamos en una persona acusada de delito nos viene a la mente el imaginario de los buenos versus los malos, en el que los acusadores son los buenos y el rol de la justicia es castigar a los malos. En la vida real no es así. Una persona puede ser acusada de delito simplemente con que alguien levante una acusación en su contra y la Policía le crea. Se activa la maquinaria del poder del Estado para conseguir que la persona acusada sea castigada. Eso le puede pasar a cualquiera, ser culpable o inocente, lo cual es un asunto de derechos humanos.
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Compromiso firme con los derechos civiles
Jesús M. Rivera, presidente de la Junta de Directores de la Sociedad para la Asistencia Legal, declara que en un país donde hacen falta paradigmas correctos, el