Una voz sólida y unánime, con una decisión fundamentada y clara que provenga de los miembros del Tribunal Supremo, sería esperanza para este pueblo y legitimaría nuestra democracia, escribe Sonia Ivette Vélez Colón
Una voz sólida y unánime, con una decisión fundamentada y clara que provenga de los miembros del Tribunal Supremo, sería esperanza para este pueblo y legitimaría nuestra democracia, escribe Sonia Ivette Vélez Colón
A un año de la decisión unánime del Tribunal Supremo que le brindó al pueblo certeza en la sucesión ejecutiva del gobierno de Puerto Rico, nuevamente, el alto foro tiene ante sí complejas controversias. En este caso conflictos que al ser resueltos deberán resultar en remedios protectores del derecho fundamental de nuestro sistema democrático, la protección del derecho al voto. El Tribunal Supremo está frente a una encomienda especial con el deber y la obligación de demostrar su importancia institucional como parte de la estructura de nuestro sistema de gobierno.
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