En 1952 el partido estadista quedó en tercer lugar, detrás del partido independentista; en 1956 los estadistas celebramos “haber perdido por menos que en las anteriores”; en 1960, ¡ganamos San Lorenzo!, y festejamos haber irrumpido el “copo” electoral popular; en 1964, ¡perdimos San Lorenzo!, y esa vez el Partido Popular barrió con Roberto Sánchez Vilella presidiendo la papeleta. Fueron tiempos funestos del movimiento estadista cuando enfrentó la arrogancia de la poderosa maquinaria popular con escasa minoría electoral, pero eso sí, con la inquebrantable militancia de nuestra gente y aguerrida postura de nuestros líderes. A la menor provocación llenábamos plazas públicas, teatros y canchas en pueblos y ciudades cada vez que nuestros líderes nos convocaron… con un chorrito de poder político paramos el proyecto Fernós-Murray y los ensayos soberanistas de Luis Muñoz Marín en el Congreso. Teníamos liderato de sobra: Miguel Ángel García Méndez, don Luis A. Ferré, Carlos Romero Barceló, Hernán Padilla, Baltasar Corrada del Río… Pedro Rosselló.