Tras el deceso del historiador Fernando Picó, el escritor Cezanne Cardona rememora su último encuentro con él y lo que en Picó vio.
Tras el deceso del historiador Fernando Picó, el escritor Cezanne Cardona rememora su último encuentro con él y lo que en Picó vio.
No sabía que faltaba un mes para su muerte. Era mediodía y nos encontramos por casualidad en la entrada del Archivo General. Como siempre, Fernando traía en los bolsillos de su guayabera blanca: lápices, una libreta pequeña y una treintena de tarjetas “index cards”. Hablamos de mi despido y de su salud. Pero fuimos parcos en eso; yo porque aún estaba herido, él porque la cicatriz de su operación todavía era reciente. Preferí, en cambio, preguntarle cómo iba su libro. “Estoy en eso, viejo” me dijo con una sonrisa y señaló las tarjetas repartidas en los dos bolsillos de su eterna guayabera.
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