El gobernador no deslumbra, pero tampoco ofende ni repele. Es alguien con quien la mayoría del electorado puede vivir, escribe Carlos Díaz Olivo
El gobernador no deslumbra, pero tampoco ofende ni repele. Es alguien con quien la mayoría del electorado puede vivir, escribe Carlos Díaz Olivo
En una columna previa, analizamos cómo en nuestro escenario electoral reciente los partidos principales han quedado desdibujados. Esto, particularmente, ante el surgimiento del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Proyecto Dignidad (PD). El Partido Nuevo Progresista ya ni a los estadistas retiene y el Partido Popular Democrático ni idea tiene de lo que quiere o representa. El Partido Independentista Puertorriqueño parece resignado a la invisibilidad e inconsecuencia.
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