El bienestar de los menores no puede ser relegado a un segundo plano a favor de las creencias del sector religioso, escribe Eduardo A. Lugo Hernández
El bienestar de los menores no puede ser relegado a un segundo plano a favor de las creencias del sector religioso, escribe Eduardo A. Lugo Hernández
Piense en este titular: Padres y madres luchan por dar medicamento contraindicado a sus hijos/as por razones religiosas. Cuando usted lee la noticia se da cuenta de que se trata de un grupo de personas de una religión que intentan detener al Estado de establecer como ilegal el que ellos/as puedan darle a sus hijos/as un medicamento que varias organizaciones profesionales han indicado que es dañino para la salud. Estoy seguro que su nivel de indignación sería altísimo. Muchos/as catalogarían a estos padres y madres como abusivos, maltratantes y habrían llamados a la intervención del Departamento de la Familia para que removieran a niños/as de sus hogares. Todas reacciones normales a lo que percibiríamos como una afrenta en contra de la salud y el bienestar de la niñez y juventud.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: