Este pueblo, donde se han registrado las temperaturas más bajas de la isla, exhibe encantadores lugares para desconectarse de la cotidianidad
Este pueblo, donde se han registrado las temperaturas más bajas de la isla, exhibe encantadores lugares para desconectarse de la cotidianidad
22 de octubre de 2023 - 11:40 PM
Llegar a Adjuntas es entrar en contacto con la sublime belleza de un Puerto Rico al natural, enmarcado en la seductora silueta de un gigante dormido, que pareciera abrazarse a los encantos del paraíso perdido.
Allí se registran las temperaturas más bajas del archipiélago borincano, que oscilan entre sus montes, de donde saltan impresionantes cascadas que, al caer, despiertan el entusiasmo de locales y visitantes.
Su oferta turística está enlazada a colosales zonas boscosas, embalses, ríos y, una historia que data del 11 de agosto de 1815, cuando fue promulgada la fundación del pueblo, cuyo nombre se deriva de ‘tierras adjuntas’, ya que formó parte del territorio de la Villa de San Blás de Illescas; hoy día Coamo.
Adjuntas es conocido como la ‘tierra de los lagos’, la ‘Suiza de América’ y, la ‘ciudad del gigante dormido’, según explicó el director municipal de turismo, Carlos Miguel Torres Torres.
“Una de las razones por las que Adjuntas se conoce como la ‘Suiza de América’ o la ‘Suiza del Caribe’ es por el ambiente, pues aquí, están registradas las temperaturas más bajas de la isla. Aquí ha llegado a 40 grados”, reveló el funcionario de 34 años.
“En el área del Bosque de Guilarte, en un momento dado ahí estaba lo que era el Restaurante El Bosque y se dice que la temperatura bajó a 34 grados. Es la sensación que se da allá arriba porque es un área boscosa. Hasta los treinta y tantos grados no es tan común verlo en la zona urbana, pero para el área del bosque se dan esas temperaturas”, apuntó.
Uno de los puntos de interés es, precisamente, el Bosque Estatal de Guilarte, el cual “se divide en siete segmentos que se encuentran ubicados entre los municipios de Adjuntas, Guayanilla, Peñuelas y Yauco”.
“El bosque cuenta con el Pico de Guilarte, con una elevación aproximada de 3,950 pies sobre el nivel del mar. Por eso, representa la séptima zona montañosa más alta en Puerto Rico. El resto del bosque tiene entre 2,500 y 3,900 pies sobre el nivel del mar”, manifestó sobre la zona manejada por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
“Allí se puede hacer senderismo, observar aves, disfrutar de la flora y fauna nativa, en fin, es un espacio espectacular para compartir en familia. También, tiene áreas con miradores de donde pueden apreciar la ruta panorámica”, sostuvo.
Otra parada obligada es el Lago Garzas, un hermoso embalse “que provee agua a casi toda el área metropolitana. Una de las peculiaridades es que ahí se encuentra una de las hidroeléctricas que hay en la isla. Todavía funciona, lo que pasa es que no se está utilizando”.
Una de las actividades que se pueden hacer en el lago “es pasear en bote y pescar” y, luego pasar por el Puente Hamaca, construido en metal entre 1934 a 1941 “con el propósito de transportar los materiales para la construcción del embalse”.
El recorrido toma entre 15 a 20 minutos, en algunas ocasiones por terreno un poco elevado, por lo que deberá llevar ropa y calzado cómodos.
Entre los lugares con mayor atractivo están los charcos ‘El ataúd’, ‘Mangó’, ‘Azul’ y, ‘La loseta’, por mencionar algunas pozas que enloquecen a quienes se atreven a romper con la rutina para disfrutar de la esencia adjunteña.
“El charco Ataúd es un área donde tiene tres cascadas y un charco bien grande en la parte de abajo. Es uno de los charcos icónicos y es bastante profundo. Es un charco bien bonito para venir en familia porque tiene sus pocitas”, señaló.
No obstante, según Torres Torres, “la vereda es un poco empinada, por lo que debe tener cuidado para bajar. Pero es bastante llevadera y te lleva directamente al charco”.
“Otro de los charcos más conocidos de Adjuntas es el charco el Mangó; queda en la comunidad Limaní y es de fácil acceso. Para estacionarse, es en la calle y luego caminas como 15 minutos para disfrutar de esta hermosura”, apuntó sobre la poza cercana al Bosque Estatal de Monte Guilarte.
Para las familias con menores entre los 3 a 12 años está el Castillo del Niño, a solo minutos de la carretera PR-10, “un lugar de fantasía” que tiene área de juegos, piscina y gazebo.
Asimismo, entre las visitas recomendadas está Casa Pueblo, un proyecto de autogestión comunitaria que surgió en la década del 80, producto de la lucha contra la explotación minera.
El centro de gestión cultural está ubicado en el casco urbano, en donde cuentan con un cine solar, mariposario, la radioemisora Casa Pueblo y el café Madre Isla, que envasan manualmente desde la emblemática estructura. Cabe destacar que la entidad maneja el Bosque del Pueblo y el Bosque la Olimpia, mejor conocido como el Bosque Escuela Ariel Massol Deyá.
Entretanto, la zona urbana también representa un activo importante para el visitante, ya que su plaza pública Arístides Moll Boscana es una de las más bonitas, según concurre la mayoría de sus espectadores.
Ahí se puede sentar bajo la sombra de frondosos árboles, caminar, visitar la parroquia San Joaquín y Santa Ana, deleitarse con cualesquiera de los espacios gastronómicos a su alrededor o simplemente, saborear el café disponible en un kiosco apostado en el lugar.
Y no olvide preguntar por el famoso ‘pan de teta’ que es distintivo del pueblo y que consigue en la Panadería La Adjunteña.
Para detalles, puede visitar el Museo de la Historia de Adjuntas, una antigua estructura ubicada frente a la Casa Alcaldía.
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