Luego de pasar un coraje o estar triste, ¿eres de los que vas director al refrigerador en busca de alguna pinta de mantecado o un chocolate?

“También comemos por las emociones”, afirmó la nutricionista y psicóloga Dra. Rosaly Cartagena. Por tanto, no solo basta por velar practicar una nutrición balanceada y nutritiva, sino estar atentos al componente del estado anímico.

“Tenemos que velar si estoy comiendo por emoción, si se trata de hambre física o hambre emocional. A veces comemos, pasamos por un coraje, y no es que tengo hambre. Abro la nevera y me harto de todo lo que encuentro, al utilizar los alimentos para canalizar las emociones”, informó la actual presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico.

Asimismo, enfatizó el balance que debe incluir la buena alimentación, practicar ejercicios, y la salud emocional, complementado con el cuidado médico, hacerse los chequeos y laboratorios de rutina.

“Los episodios de ansiedad llevan al consumo de alimentos que son ricos en azúcar, porque neurológicamente tiene un efecto calmante. Nosotros liberamos un líquido cuando consumimos azúcar, que nos da esa tranquilidad, aunque sea momentánea. Y ese efecto no se da con los vegetales. Nunca escuchas decir, ‘estoy ansiosa, quiero brócoli o espárragos. No, porque ese tipo de producto no ayuda en la liberación de ese neurotransmisor que me tranquiliza”, agregó la doctora Cartagena en uno de los talleres informativos de El Nuevo Día Respuesta Experta, como parte del contenido que ofrece la plataforma de wellness Estar Bien.

Si entiendes que puedes incurrir en esta práctica de comer por las emociones, la doctora Cartagena insta a prevenir. Es decir, “esa emoción no llega del 1 al 10 en un minuto, sino que uno va viendo cómo van escalando esas señales de nuestro cuerpo, hasta llegar sentir que estás ansioso o estresado”.

Aquí tres consejos que comparte la experta cuando sientas que las emociones están alteradas, para evitar la ingesta innecesaria de azúcar.

“Todo esto ayuda a calmarse”, destacó .

Si no existe en ese momento la opción del cambio de temperatura o el ejercicio y lo que el cuerpo le pide es ingerir algo dulce, la psicóloga y nutricionista insta a tener a la mano alguna porción pequeña de chocolate.

“Al llevarla a la boca, hazlo lentamente, trata de hacer un ejercición de atención plena, cerrando los ojos, respirando, saboreando el chocolate, tal vez pensando en ese lugar que te da tranquilidad y paz. Van a notar cómo van bajando esos niveles de estrés en el cuerpo”, aseguró la experta.